LABATA REUNIO A LAS BRUJAS MÁS FAMOSAS

José Antonio Adell y Celedonio García acudieron al municipio para hablar sobre hechicería
"Las brujas suelen salir la noche del viernes al sábado, la noche de San Juan, la Nochebuena y la noche de San Silvestre". Así despejó los temores de los más amedrentados de Labata José Antonio Adell, que junto a Celedonio García acudió al municipio para hablar, nada más y nada menos, que de brujería.
Algunas veces han dado conferencias la noche del viernes al sábado. "Nos han pasado cosas muy raras. En Leciñena se nos cayó un cuadro, en Pomar de Cinca las diapositivas salieron al revés, en Bolea se rompió el proyector y en Fombuena, hace dos semanas, llegó una tormenta, se fue la luz y hubo que dar la charla con velas", afirmó el conferenciante. "Hoy es sábado. ¡Tranquilos, porque no nos pasará nada!", aseguró Celedonio García.
La llegada de José Antonio Adell y Celedonio García fue un día grande en Labata, un pequeño pueblo en la vertiente sur de la Sierra de Guara. Con no más de una docena de habitantes durante el crudo invierno, en verano la población altoaragonesa recobra vida y multiplica su población por diez.
Era la primera vez que estos estudiosos de la cultura aragonesa visitaban la localidad próxima a Huesca. La conferencia se tuvo que restrasar más de media hora. Al alguacil no le quedó otro remedio que avisar puerta por puerta de que a partir de las diez y media de la noche fueran a la sede de la Asociación Cultural Labatense para pasar una noche de embrujo y misterio. Sin embargo, el tema arrastra a las masas, como prueban exposiciones y rutas turísticas sobre la hechicería.
José Antonio Adell apagó las luces de la sala e inició la proyección. El profesor llevaba la voz rota después de los numerosos pregones, charlas y la megafonía de las carreras pedestres, que le ha mantenido ocupado durante los últimos meses. Los niños y los abuelos siguieron con devoción las explicaciones de José Antonio Adell. "En los siglos XVI y XVII a muchas mujeres se les acusaba de brujería. Si un niño se caía, la culpa la tenía la bruja. Si se moría la burra, la culpa la tenía la bruja". Sin embargo, ahora la culpa se "la echan a los políticos", afirmó con ironía Adell.
Tras media hora, seguían entrando abuelos, padres e hijos. "Las viudas y las mujeres que se quedaban solas porque el marido se iba a la guerra se juntaban en una era. Se llevaban ungüentos y se untaban detras de las orejas y debajo de los sobacos. La pomada era de plantas como el estramonio o la belladona, con propiedades alucinógenas". A continuación, se montaban en las escobas y "decían un conjuro: ¡Por encima de rama y hoja, a las eras de Tolosa¡. Y por arte de magia, salían volando", aseguraba Celedonio García.
José Antonio Adell daba buena muestra de sus dotes didácticas. No en vano, trabaja de profesor en Monzón. "Había brujas por todo Aragón en el siglo XVII. Si vamos por Tamarite, encontramos a Margartita Escuder y Juana Bardají. En Pozal de Vero estaban Dominica la Coja. Benedeta la Piquera y Gracia la Nadala, en Tarazona. Agueda Cisneros y Cristineta daba muestras de su poder en Alcolea de Cinca. Urganda en Fraga. La tia Casca en Trasmoz. La bruja Maut en Biescas y por el Valle de Tena campaba Pedro Arruebo".


Labata reunió a las brujas más famosas ( El Periódico de Aragón - 05/10/2003 )
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